miércoles, 8 de abril de 2020

El mago Odín: 3a Parte

Así hasta el desenlace

Odín se despertó de golpe y buscó a Emma con la mirada. 
  • ¿Dónde está? - dijo agitado.
  • Que ocurre? - dijo Iris abriendo los ojos.
  • Emma, Emma no está. 
  • Esa muchacha… debí matarla en su momento.
  • Hay que encontrarla. Siento… siento que está en peligro.
  • Pues dejala que la mate quien quiera. 
  • No!!! - dijo Odín mientras la miraba serio. No dejaré que la toquen. - Iris lo miró.
  • No me digas que el joven mago Odín está enamorado de esa cría? 
  • No es tan mala como tú te crees. Ella tuvo una infancia muy dura, Se crió sin sus padres, solo con su abuelo. 
  • En serio te crees esas milongas? Te quiso llenar la cabeza de mentiras para que te diera pena y así aceptar su compañía, para entregarte al mago! 
  • No, yo sé que dijo la verdad. Voy a buscarla. - Se levantó e Iris lo paró.
  • No vayas, si quieres continuaremos el viaje juntos y acabaremos con ese encapuchado, vale?
  • He dicho que no!
Emma fue empujada por aquel hombre.
  • Apártate. No tienes ni voluntad para hacerlo.
  • Lo siento…
  • Acabaré con ese muchacho y su magia será mía.
El encapuchado cogió la espada y empezó a tirar y tirar. En ese momento, apareció Odín y los miró a ambos.
  • Aquí estas. Así que quieres adueñarte de mi poder… Bien, saca la espada y mátame con ella.
  • Lo haré y seré el mago más poderoso del mundo.
  • Creo que mejor esperaré sentado.
El hombre misterioso, al no poder coger la espada, obligó a Emma a cogerla junto a él y a estirar los dos.
  • No Emma!! Sueltala!
  • Lo siento Odín… Te amo. - tiró muy fuerte y la sacaron entre los dos. 
La espada empezó a quemarle las manos al misterioso encapuchado y empujó de nuevo a Emma para que la soltara. Se acercó a Odín con ganas de matarlo con esa espada pero de repente, sintió como si alguien le cogiera del brazo y se adueñara del brazo del hombre. 

Odín, con su magia, había parado el ataque mientras que el misterioso intentaba adueñarse de nuevo de su propio brazo. 

Emma fue corriendo a por su arco y flecha y disparó al hombre. Le dio en el dorso pero él sacó energía de su brazo que no estaba inmobil y le lanzó una llama de fuego. 

Emma intentó esquivarlo pero le dio en el costado. Iris fue a socorrerla.

De repente, Odín se levantó y empezó a hacer conjuros para adueñarse del cuerpo del hombre; hasta que el misterioso mago usó todo su poder y puso la espada en el corazón de Odín.
  • Noooooo! Odín!! - dijo Emma mientras se recuperaba.
  • Vamos… hazlo! Clavala!
Se la clavó en el corazón y Odín se desplomó, con los ojos abiertos y mirando al cielo.
  • Nooooooooo! - gritaron a la vez Emma e Iris.
Iris corrió hacia el hombre y empezaron una batalla con magia. Emma fue hasta Odín, lo abrazó y lloró en su pecho, incluso lo besó en los labios. Con su poca magia, puso su mano en el corazón y empezó ha hacer un conjuro para reanimarlo; pero no dio resultado. Odín no se movía, no respiraba. 

La ira se apoderó de ella, vio la espada caída en el suelo y la cogió.

Iris estaba tan agotada que se quedó tendida en el suelo, apunto de morir.

Emma se acercó al hombre misterioso encapuchado. 
  • Dámela Emma. La necesito para quitarle la magia.
  • No, se acabó! Esto se acaba aquí y ahora. 
  • Que estas diciendo? Todo acabará cuando yo tenga esa magia y nos iremos los dos de aquí.
  • No me iré contigo a ningún sitio. Yo amo a Odín y quiero... Venganza!!! - Se abalanzó sobre él con la espada y luchó. 
Intentó clavarle la espada pero como era de imaginar, no lo consiguió. Acabó en el suelo, junto a Odín, con la espada en la mano. Iris intento reanimar a Odín mientras el mago se incorporaba de los ataques.

De repente, uno de los dedos de la mano de Odín, tocó la espada que llevaba Emma y empezó a salir una luz muy brillante de la espada.
  • Que está pasando? - dijo Iris.
  • No lo sé… - contestó Emma.
Enseguida, Odín abrió los ojos, cogió la espada y se levantó de un salto; apuntó al mago.
  • Odín… - dijeron las dos chicas.
  • Bien… ahora me toca a mi. 
Empezó a acercarse al mago y usó todos sus poderes. De la espada salió un gran rayo y le impactó en todo el corazón al mago. Éste cayó desplomado al suelo, sin moverse, sin respirar. Todo había acabado. O eso es lo que habían pensado.

Odín abrazó a las chicas para tranquilizarlas. 
  • Eres dueño de la espada. - dijo una voz detrás de ellos. - Los tres se giraron. Odín e Iris no podían creer lo que estaban viendo.
  • ¿Padre? - dijo Odín. - Pero…
  • Me ganaste, hijo. Me quitaste todo mi poder a causa de esa espada. Te creía un fracasado y que podría ser el mejor del mundo pero.. Me equivoqué.
  • Pero porque me ocultaste que eras el mago misterioso? 
  • Porque no hubieses luchado. Tu misión era buscarme y acabar conmigo pero la mía era matarte y hallarme con todo. 
  • ¿Cómo es posible que mi propio padre quisiera matarme? Es de locos.
  • Algunos, cuando se hacen magos, la magia se apodera de ellos. - le expllcó Iris. 
  • No voy a guardarte rencor, padre. Porque tú me criaste junto a madre. Y te quiero a pesar de todo. Eres mi padre.
  • He sido duro contigo, demasiado. Ni un perdón serviría para curar el daño que te he causado. Ahora que no tengo poderes, podré descansar en paz.
  • Descansar en paz? No estás muerto, padre, estas aquí.
  • No, Odín, es su espiritu. Acabaste con todo lo malo pero te toca a ti cuidar de tu pueblo, de tu país y yo te ayudaré. - dijo Iris.
  • Yo también te ayudaré. - Emma le cogió de la mano fuerte. 
  • Cuídate mucho, hijo. Sé fuerte, valiente y ama a las personas que están a tu alrededor. Yo siempre estaré contigo. Cuida de tu madre. - puso la mano en la espada y desapareció.
  • Nos vamos a casa. - dijo Iris.
Odín miró la espada y la capa con la capucha de su padre tirada en el suelo, la cogió y se la puso; su padre siempre estaría ahí para cuidarlo y aconsejarle, aunque no fuera de forma física.

Los tres se pusieron en marcha hacia Soturi. Hicieron paradas pero esta vez, se quedaron más días en las diferentes aldeas que se encontraban por el camino. Ayudaban a curar a los enfermos y a tareas que a las personas les costaba realizar. Todos los aldeanos se sentían muy agradecidos por lo que ellos hacían. 

Durante todo el trayecto, Odín y Emma iban en el mismo caballo, se tonteaban mutuamente, se decían piropos hasta que una noche, se besaron bajo la luna, una noche que acamparon en el bosque, antes de llegar a Soturi. 
  • Eres tan bella.
  • Y tú tan apuesto. Te queda genial la capa de tu padre. 
  • Gracias. Aún no me puedo creer que todo este tiempo haya sido él el mago misterioso. No me cabe en la cabeza. Es todo tan irreal. 
  • Ha sido el destino. Ese era el suyo y este es el tuyo, por ser siempre tan bueno con todo el mundo, por saber cuidar de todos. 
  • Haré que se sienta orgulloso de mí allá donde esté.
  • Lo estará, estoy segura de que lo estará. - Lo besó. - Gracias por confiar en mi, siento mucho haberte traicionado la primera vez. No tenía ni idea de que era tu padre.
  • Nadie lo sabía, cariño. No te preocupes, vale
Esa noche, a la luz de la luna, engendraron su primer hijo. Habían pasado casi un año juntos, compartiendo tantas cosas, que se enamoraron y se amaron. Sintieron que estarían siempre juntos. 

Iris, por su parte, estaba orgullosa de su aprendiz. Le dejó ser feliz con Emma una vez que llegaron a Soturi, donde Emma se mudó con él y dejó atrás su pasado. Obviamente, Iris le ayudaba si lo necesitaba, aunque Odín se apañaba muy bien él solo junto a su reciente esposa. 

Pasó el tiempo. Emma y Odín eran muy felices con sus dos hijos; un niño de 3 años y una niña recién nacida. 

Odín nunca dejó de ayudar al pueblo, también ayudaba a la gran ciudad, curando a los enfermos con pócimas que él les daba a los sanitarios para que les diera a los enfermos; ayudaba a detener a los delincuentes y maltratadores, donde merecían pagar con un castigo digno. 

Y así, Odín fue uno de los mejores magos de su país.

FIN
By: Sara Martos

No hay comentarios:

Publicar un comentario