Aquí empieza su aventura
Los jóvenes emprendieron sus viajes por separado alejándose del lugar que les vio nacer, su hogar.
Carol empezó su viaje navegando por las frías aguas del norte hasta llegar al continente y adentrarse en el. Aiden recorrió los campos de lava ardiente decidido a llegar a su destino. La inquieta Isaura descendía las colinas danzando al son del viento que la empujaba a seguir su camino. El solitario Waylan atravesó los frondosos bosques para olvidar su trágica pérdida.
No fue hasta pasado aproximadamente un mes cuando los cuatro llegaron al mismo pueblo, tenían una sensación extraña pero debido a que ninguno sabía cómo eran los demás no se esperaban encontrarse. Solamente un collar grabado con el signo de cada elemento podía identificarles frente a los demás a no ser que a alguno le diera por hacer uso de sus poderes.
No fue otro que Waylan quien por querer lucirse, empezó a mostrar sus habilidades con la tierra, esto reunió a mucha gente en una plaza así que los otros tres jóvenes se acercaron a ver. Miraron asombrados como aquel chico movía grandes rocas sin tocarlas o hacía crecer plantas de la nada, se dieron cuenta que habían encontrado a uno de los suyos. Al acabar el joven se fue al bosque, Aiden decidió seguirlo sin pensárselo, Isaura y Coral seguían asombradas por lo que habían visto, en un momento dado las dos muchachas cruzaron miradas y se dieron cuenta del collar que la otra llevaba al cuello.
- Oh dios mío tú también eres una chica de los elementos!! - Dijo Isaura más asombrada aún.
- Así es, me llamo Coral vengo de una isla nevada y tengo el don del elemento del agua - Le contestó Coral.
- Que maravilla, pues yo me llamo Isaura, nací en las colinas del viento así que tengo el don del aire - Le respondió Isaura entusiasmada por conocer a una chica como ella.
- Encantada Isaura, entonces ese chico también tiene un don de los elementos, cierto? - Preguntó Coral.
- Eso parece, deberíamos seguirle para hablar con él. - Comentó Isaura.
Coral asintió y ambas se adentraron en el bosque siguiendo a ese chico que había desaparecido en el espesor de los árboles. Caminaron intentando dar con ese joven, les costaba encontrarlo hasta que de pronto escucharon a dos chicos hablando parecían discutir, así que ambas se acercaron a ver qué pasaba.
- Por qué insistes en ir solo sabiendo que soy como tu y que tarde o temprano nos íbamos a encontrar y convivir para llegar a cumplir nuestro destino - Dijo Aiden enfadado por la esquiva actitud de Waylan.
- No necesito a nadie para encontrar ese templo, me valgo solo para todo - Le contestó Waylan.
En ese momento las dos muchachas aparecieron para saber qué estaba pasando y si el otro joven era también uno de los cuatro.
- No pudimos evitar escucharos, tu eres el cuarto elemento? - Le preguntó Coral al joven que discutía con el chico que se mostró en la plaza.
- Soy Aiden nací bajo el elemento del fuego, vosotras también tenéis el don? - Contestó amablemente Aiden.
- Así es me llamo Coral don del agua y ella es Isaura don del aire, nos acabamos de conocer después de verle a él en la plaza. - Respondió Coral.
- Pues yo soy Waylan don de la tierra, por mí podéis juntaros los tres e ir juntos al templo, yo iré por mi camino. - Dijo Waylan antes de seguir su camino.
- Le pasa algo? - Preguntó Isaura.
- No lo sé no ha querido contarme nada, solamente me dijo que prefiere ir solo al templo. Le responde Aiden.
Las jóvenes se encogieron de hombros y se pusieron en marcha junto a Aiden para encontrar el templo juntos intentando encontrar un camino corto y seguro por el que avanzar. Los tres jóvenes no iban muy alejados del solitario Waylan, ya que habían escogido el mismo camino, debían atravesar bosques, montañas, grandes ríos, además de todos los pueblos que se encontraban. Todos preferían descansar a las afueras de los pueblos ya que sus familiares les avisaron que en ellos podrían vivir personas que dejándose llevar por la maldad intentarían impedir que ellos llegasen al templo.
Waylan no se lo ponía fácil no solo por no querer ni hablar con ellos, sino porque le gustaba lucirse ante la gente para demostrar su fuerza. Los tres jóvenes lo miraban sin comprender qué era lo que le pasaba por la cabeza y le hacía comportarse de aquella manera, sin temor al peligro que eso podría suponer tanto para él como para ellos tres. No estaban preparados para librar una lucha y menos en mitad de un pueblo con tanta gente inocente.
Proseguian su largo viaje, hasta topare en medio del bosque con una pequeña cabaña que parecía abandonada, los jóvenes estaban indecisos, debían pasar la noche en esa casa sin saber si alguien llegaría para reclamarla o debían alejarse para acampar por el bosque?. Waylan como iba por libre decidió entrar a ver si había algo que mereciese la pena. Los demás jóvenes esperaron fuera, cuando de pronto sintieron que algo no iba bien, vieron como la casa se desmoronaba y no había señal de Waylan.
Los tres muchachos miraban a la casa desaparecer entre una niebla oscura. De repente apareció una figura oscura rodeada por esa niebla tenebrosa, sus ojos brillaban de un rojo intenso. De inmediato ellos supieron que se trataba de alguien llevado por la oscuridad cuya misión era impedir que llegaran al templo para así poder destruirlo y crear el caos absoluto en el mundo. Observaron que sujetaba a Waylan del cuello así que decidieron que tenían que intervenir para salvarlo, tenían que unir sus poderes para derrotar a la oscuridad.
- No os dejaré pasar de aquí!!! - Dijo la figura oscura con tono amenazador.
- No te tenemos miedo, acabaremos contigo juntos. - Contestó Aiden enfadado.
La figura tenebrosa soltó una risa malévola y lanzó a Waylan al suelo para lanzarse a por los demás, a lo que estos respondieron lanzando sus ataques. Aiden y Coral Intentaban distraer a la oscuridad mientras Isaura ponía a salvo a Waylan que parecía mal herido. Ella preocupada usó lo que le habían enseñado para ayudarle hasta que por fin él abrió lentamente los ojos y asombrado al verla a su lado le agradeció su ayuda.
- Gracias por salvarme siento mi comportamiento todo este tiempo - Dijo Waylan apenado.
- No te preocupes por eso ahora, estamos juntos en esto. - Contestó Isaura con una sonrisa.
- Tienes razón ayudemos a nuestros compañeros - Dijo Waylan antes de ponerse en pié.
Ambos se unieron a luchar al lado de Aiden y Coral, uniendo fuerzas consiguieron derrotar a la oscuridad y liberar a un hombre algo desorientado que no recordaba cómo había llegado a ese lugar, que solo recordaba haber discutido con su hermano y haber sentido mucha ira. Al escuchar su historia los jóvenes se ofrecieron a acompañar al hombre hasta su casa en un pueblo cercano. Esa noche supieron que se encontrarían a más gente que ha sido corrompida por la oscuridad, estaban seguros que a medida que se fueran acercando más al templo, peor serían los ataques.
Aquella mañana:
- Chicos creo que os debo a todos una disculpa, he sido un egoísta desde que nos conocimos. - Dijo Waylan apenado.
- Oh vamos no te preocupes ahora por eso, tus motivos tendrias, pero que sepas que puedes confiar en nosotros. - Le contesta Aiden amistoso.
- Si algo te preocupa y necesitas hablar aquí estamos. - Le dijo Isaura sonriente.
- Veréis perdí a mis padres cuando era un niño, se fueron a comerciar y jamás volvieron, mi tío hizo lo que pudo pero me sentía solo y me marchaba a probar mis poderes solo, así aprendí y así pensaba que debía seguir. - Contestó Waylan.
- Siento, oír eso amigo, yo perdí a mi madre por una enfermedad, mi padre siempre fue muy estricto, así que cuando tuve la oportunidad me marché. - Dijo Aiden.
- Vaya chicos lo habéis pasado muy mal. - Dijo Coral con los ojos llorosos.
- No llores por favor estas cosas pasan y se que mi madre está conmigo siempre. Le contestó Aiden.
- Lo siento a veces soy muy sensible. - Le sonríe Coral.
Los cuatro jóvenes se contaron sus historias y entre risas iban formando una bonita amistad. El destino les juntó pero eran ellos los que debían decidir si los demás podrían formar parte de sus vidas para siempre.
Pasó otro mes más, los jóvenes se preguntaban si se habían perdido o incluso si el templo del que tantos han hablado existía. No se iban a desanimar llegarían al final de su aventura juntos, para comenzar su misión. Seguían enfrentándose a personas que habían sido reclutadas por la oscuridad para evitar que llegaran al templo, así que eso significaba que ese lugar si existe, pero dónde estará? Se habrán pasado de largo? Han ido en la dirección equivocada?.
Una noche mientras descansaban, a Coral se le paso algo por la mente, sin poder dormir se levantó y paseó por el bosque cercano. Sintiendo su movimiento, Aiden también se levantó y la siguió para saber que le preocupaba.
- Te encuentras bien? - Le preguntó Aiden a Coral.
- No estoy segura...creo que algo pasa y por eso no logramos encontrar el camino hacia el templo. - Le comentó Coral.
- Creo que yo también tengo esa sensación, llevamos tanto tiempo recorriendo caminos y sendas y no llegamos a ninguna parte. - Dijo Aiden.
- Estoy casi segura de que la oscuridad nos está conduciendo por un camino sin fin para evitar que protejamos el templo y el mundo. - Argumenta Coral.
- Si es así hemos de hallar la forma de deshacernos de ella de una vez por todas, antes de que encuentre el templo y destruya las gemas de los elementos para crear el caos. - Contesta Aiden.
- Por la mañana lo hablamos con Isaura y Waylan para decidir qué hacer. - Le dice Coral.
- Me parece bien ahora intentemos descansar. - Le contesta Aiden con una sonrisa a lo que Coral se sonroja y ambos vuelven a acostarse para dormir.
Por la mañana al despertar los cuatro jóvenes comentan lo que hablaron la pasada noche Aiden y Coral y se deciden a encontrar a quien maneja la oscuridad para detenerle antes de que los atrape para siempre en su laberinto sin final.
Vuelven a emprender camino por la zona donde sabían que había más gente afectada y controlada por la oscuridad.
Finalmente llegaron a un pueblo donde sus habitantes parecían decaídos, sin ganas de nada, sin felicidad ni alegría en sus rostros, se dirigieron hacia la parte más alta donde se levantaba un impresionante castillo, no vieron que el lugar contara con un ejército de guardias armados ni nada, las puertas estaban abiertas así que decidieron entrar en él.
Todo estaba en silencio pero ya notaban una presencia oscura que se extendía por toda esa fortaleza vacía y sin señales de vida. Llegaron finalmente a la sala del trono, no parecía haber nadie pero sintieron que allí había algo, llegaron a observar la figura de un hombre que avanzaba lentamente hasta el trono y sentarse en él, vieron cómo su mirada sin vida les observaba sin decir palabra.
De pronto toda la sala se oscureció, los cuatro sabían que habían logrado encontrar al ser oscuro más poderoso que decidió apoderarse de la figura más poderosa de la región el propio rey. Se quedó quieto observando a los jóvenes hasta que decidió que de allí no saldrían con vida, empezaron los ataques mientras ellos intentaban repelerlos y atacar. Era el ser más fuerte al que se habían enfrentado, recibieron golpes por todas partes mientras se defendían como podían, lanzando ataques en solitario.
Dándose cuenta que era inútil todo lo que intentaban por separado decidieron unirse y atacar los cuatro juntos para vencer. Formaron un semicírculo, se miraron unos a otros asintiendo que estaban listos para la última batalla contra la oscuridad. Les costaba, estaban heridos, pero sabían que debían concentrarse para unir sus poderes. Finalmente cerraron sus ojos, conectaron entre sí y lanzaron su mejor ataque, la oscuridad intentó repelerlo pero acabó sucumbiendo y se desvaneció.
Los jóvenes notaron como la oscuridad se había marchado de aquel pobre reino, volvieron a ver la luz llegar hasta el valle donde se encontraban. Observaron como el rey recuperaba la cordura, ellos le explicaron todo, él estaba agradecido, les ofreció alojamiento para pasar la noche en lo que estos aceptaron con gusto. Esa noche se celebró una gran fiesta en honor a los jóvenes que les liberaron de la oscuridad y les devolvieron la alegría.
A la mañana siguiente los jóvenes se despidieron del reino y esta vez sí partir por el camino correcto que les llevaría al tan buscado templo de los elementos.
No pasó mucho tiempo, solamente un par de días más, cuando escucharon un fuerte estruendo continuo.
- Qué es ese ruido?. - Preguntó Isaura.
- Creo que es una gran cascada. - Contestó Coral.
- Tenemos que ir a ver puede ser la que baja desde el templo. - Comenta Aiden
Los jóvenes se acercaron cada vez más al lugar desde donde salía ese ruido tan fuerte hasta que avistaron la gran catarata.
- Esta tiene que ser Woda, la gran catarata del templo. - Dice entusiasmada Coral.
Llegan a su base y empiezan a rodearla buscando un camino por el que subir. Es entonces cuando observan el resto de elementos que les indicaban que habían llegado.
- Mirad el río de lava de Feuer. - Comentó Aiden.
- Entonces este debe ser el centenario bosque de Foret. - Dijo Waylan.
Encontraron un camino a través de bosque que les llevaba directos a la cima de una colina desde donde empezaba la catarata, descendía el río de lava y donde habitaban los árboles del bosque más impresionantes y antiguos del mundo. Pero les faltaba algo, el último elemento.
- Aquí está, es la brisa de Vindur. - Isaura cerró sus ojos y sintió la brisa por toda su cara, sonreía feliz.
Los cuatro se dirigieron justo al centro de la cima, al llegar se quedaron sin palabras, entre los gigantescos y tupidos árboles se levantaba un hermoso templo de piedra negra. En su entrada tallados en la parte superior del arco de piedra principal se encuentran los símbolos de los elementos, los mismos que ellos llevan en sus collares tallados en la misma piedra.
No lo dudaron ni un segundo, entraron para ver como era por dentro y asegurarse de que las gemas seguían allí. Justo en el centro del templo había una gran sala en la que se elevaba una columna de piedra la cual contenía las cuatro gemas. Al acercarse a ellas, tanto las gemas como los símbolos de sus collares empezaron a brillar intensamente, las gemas reconocían a sus guardianes.
- Esto es maravilloso. - Dijo Isaura emocionada.
- Lo es, conseguimos llegar pese a todos los obstáculos. - Comenta Coral.
- Lo conseguimos, somos un buen equipo. - Dijo Aiden feliz por el logro.
- Cumplimos con nuestro destino, ahora no debemos dejar que nadie destruya este lugar para mantener la paz. - Comenta Waylan.
Los jóvenes se abrazan unos a otros felices de haber vencido a todo lo malo que el destino les puso en su camino, superando retos y superándose a sí mismos día tras día, sin rendirse ni abandonar su destino. Ahora les espera toda una vida juntos, cumpliendo con su deber como LOS GUARDIANES DE LOS ELEMENTOS.
FIN
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